Los diferentes tipos de activos subyacentes en los que tenemos experiencia en valoración abarcan los tipos de interés, crédito, renta variable, commodities y divisa.
Los derivados de tipo de interés están ligados al comportamiento de los tipos de interés a corto plazo (euribor) o a largo plazo (swaps). Son muy utilizados por empresas para reducir el coste de financiación. Aunque hay muchos productos sencillos (swaps, caps y floors), también existen muchas estructuras exóticas entre las que destacan los CMS, TARNS, Steepeners, Daily Range Accruals.
Los derivados de FX o divisa están ligados al comportamiento del tipo de cambio. Son muy utilizados por empresas para asegurarse un tipo de cambio en sus ingresos o sus costes.Las opciones exóticas de FX pueden llegar a ser muy complejas: one touch, double touch, range accrual, etc.
Un derivado de renta variable está ligado al valor de acciones o índices bursátiles. Las opciones más simples son la CALL (derecho de compra) o la PUT (derecho de venta). Las opciones más complejas reciben nombres como asiáticas (medias periódicas), lookback (observaciones en pasado), himalaya, altiplano, etc.
Los derivados sobre materias primas o commodities están ligados fundamentalmente a tres tipos de activos: energéticos (petróleo, gas, etc.), metales (cobre, oro, etc.) y agricultura (naranjas, aceite, cebada, trigo, centeno, etc.). Aunque cualquier producto que se pueda estandarizar, se puede negociar en un mercado de materias primas. En los últimos años han surgido derivados sobre variables meteorológicas como el viento, la nieve o el caudal de un río (weather derivatives).
Los derivados de crédito están ligados a eventos de impago (default) o quiebra (concurso de acreedores). Los utilizan los inversores para mejorar sus rentabilidades (CLNs) o las empresas/bancos para cubrirse del riesgo de crédito (CDS). El más conocido es el CDS (credit default swap) pero existen muchos otros como el First to Default o el tramo equity de una titulización sintética.